CONTRAPUNTO NUMÉRICO (POEMA LLANERO)

En un parrando llanero,

El uno y el dos se hallaban,

Bebían traguito del bueno,

Con bellas hembras bailaban,

Como ambos eran copleros,

Al oír sonar el arpa,

Se retaron en un duelo,

En la copla improvisada,

Se terminó el zapateo,

Hubo silencio en la sala,

Ellos con paso ligero,

Con altivez se acercaban,

Pusieron las reglas de juego,

Cantar hasta la alborada,

El tema las partes del cuerpo,

Que a su valor se ajustaban.

El uno siempre primero,

Con un verso hizo su entrada,

Uno solo es el cerebro,

Que una cabeza lo guarda,

Él retiene los recuerdos,

Es el órgano que manda,

Por eso el uno es completo,

El uno de esbelta estampa.

El dos con su voz de trueno,

Y cortante como daga,

Dijo dos son los espejos,

Que son ventanas del alma,

Y son dos receptores perfectos,

Que captan infinitas tonadas,

Con dos se ven los destellos,

Con dos el sonido embriaga.

El uno pronto contesta,

Relampaguea su mirada,

Uno solo es quien manifiesta,

El sentimiento que embarga,

Es un corazón que encuentra,

Un pecho como morada,

Solo en uno se concentra,

Lo que gusta o desagrada.

En dos están las destrezas,

Son dos manos las que atrapan,

Dos brazos albergan la fuerza,

Con la que el hombre trabaja,

Dos columnas son las piernas,

Que permiten la avanzada,

Fue la primera merienda,

Los dos senos de la mama.

Por una entra el alimento,

Y sale el sentir en palabras,

Por uno salen los desechos,

Lo que no sirve para nada,

Un estómago, un cuello,

Un hígado, una garganta,

Uno el intestino grueso,

Solo existe una quijada.

Dos fosas para el resuello,

Dos cejas y dos pestañas,

Dos partes tiene el cerebro,

Dos huellas al andar se marcan,

Dos pulmones en concierto,

Dos riñones en la entraña,

Dos ovarios en su puesto,

Dos testículos, dos nalgas.

Y así continuó el encuentro,

Hasta los claros del alba,

El uno y el dos verso a verso,

Demostraron su importancia,

Nadie ganó en este encuentro,

La contienda fue empatada,

Los dos son un gran invento,

De la inteligencia humana.

Jorge Eliécer Guevara Silva

(De Paz de Ariporo. Casanare. Colombia. )