EL CERO, EL UNO Y EL DOS

Grandes autores contaron

que en el país de los ceros

el uno y el dos entraron

y desde luego trataron,

de medrar y hacer dinero.

Pronto el uno hizo cosecha,

pues a los ceros honraba

con amistad muy estrecha,

y, dándoles a derecha,

así el valor aumentaba.

Pero el dos tiene otra cuerda:

¡Todo es orgullo maldito!

Y con táctica tan lerda

los ceros pone a la izquierda

y así no medraba un pito.

En suma: el humilde uno

llegó a hacerse millonario

mientras el dos importuno,

por su orgullo cual ninguno

no pasó de perdulario.

Luis Balbuena